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En este blog descubriréis cómo pasa la Navidad aquella gente que, irremediablemente, le toca trabajar durante estas fechas tan señaladas. Conoceremos las historias de cuatro sectores diferentes: estaremos en hospitalescomisaríasparadas de taxis y restaurantes.

El hecho de ir más allá nos hace reflexionar mucho al respecto. Sobre todo, reflexionar sobre el concepto de Navidad que tenemos inculcado. Una festividad idealizada por la sociedad occidental, que la ve llena de luz y de color, que diría aquella. A menudo obviamos que no todo el mundo la pasa entre villancicos y turrones, ni mucho menos. 

Conocer historias siempre enriquece al ser humano. Amplia tu perspectiva, tus horizontes, tu capacidad para comprender situaciones ajenas y, por tanto, empatizar con quien tienes la oportunidad de conversar. En este caso, hemos tenido la gran suerte de poder hablar con personas que nos han contado sus inquietudes respecto al tema, personas como hosteleros, taxistas, enfermeros o policías. Porque sea el día que sea hay quien tiene que estar ahí siempre. Siempre. 

Es un tanto egoísta, pues, hablar de felicidad, de familia feliz y de prosperidad cuando hay situaciones de todos los colores. Estas situaciones no deben privarnos de disfrutar con los nuestros, pero sí que deben hacernos reaccionar para tratar de comprender el mundo en el que vivimos y, asimismo, actuar conforme nuestras creencias y nuestros descubrimientos. 

Los sectores analizados "líricamente" en este blog pueden ser más o menos humildes, no cabe duda. Como periodistas y comunicadores que somos, debemos ser capaces de darles voz a aquellos que más la necesitan; a aquellos que menos facilidades tienen para poder gritarle al mundo. Debemos creer que somos capaces de trasladar sus inquietudes a una sociedad que se rige por absolutos. Ni blanco, ni negro. Ni euforia, ni depresión. Equilibrio. Igualdad. 

Así pues, nuestro trabajo se ha basado en tratar de conocer las inquietudes de sectores que, presumiblemente, deben trabajar 24 horas los 365 días del año. Sectores como los citados anteriormente. Pero aun así, no podemos olvidar que nosotros, los periodistas, también somos periodistas todos y cada uno de los días del año, y debemos ejercer como tales. Sin perder nuestro espíritu crítico y de denuncia. 

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